Hoy, iba sola en el camión que me lleva de la escuela a Copilco y como es costumbre, se subió un vendedor, de esos que te dejan lo que venden en tus manos "sin compromiso", en este caso una pulsera y cuando regresa se lo lleva. Pero yo saqué un cuaderno y me puse a hojearlo, lo que provocó que se traspapelara la pulsera y cuando me di cuenta, el carnal ya se había bajado del camión. Me sentí la más ladrona de pulseras del universo.
Me bajé del camión con mi nueva adquisición y al bajar las escaleras para el metro, vi a una viejecita, saben de lo que hablo: mirada triste, zapatos descuidados y la mano extendida. Entonces, decidí acercarme y pedirle la mano. Comencé a ponerle la pulsera, ella se quedó inmóvil, supongo que lo que yo estaba haciendo era muy extraño y fuera de su rutina. Le pregunté -¿si le gusta? y contestó únicamente con un sonriente sí. Puede sonar muy cliché pero en verdad vi como se iluminaban sus ojitos. Le dije que la pulsera era de la suerte y seguí caminando con mi mochila al hombro.
Subí al vagón y encontré un lugar vacío, a mi lado se sentó un señor que mágicamente tenía una de las pulseras que el carnal del camión vendía, la misma que acababa de regalar a la viejita. Entonces pensé, cuantas cosas pasan simultaneamente en el mundo y no nos damos cuenta por estar utilizando el celular todo el tiempo o por estar pensando en preocupaciones a futuro, creo que deberíamos de disfrutar esos pequeños detalles que nos da la vida cotidiana. Me considero una persona muy observadora y después de hoy, lo seré más.
Me gusta viajar en metro e imaginar lo que las demás personas están pensando o viviendo.
Charlotte me pareció muy interesante tu artículo. Cómo registro para tus memorias, te cuento que, acá en Chile, también suben los vendedores (ambulantes) a las micros (camiones), venden infinidad de artículos: lápices, tijeras, herramientas, etc., alguna vez yo también les he comprado, pero mi padre es un fanático de este tipo de compras.
ResponderEliminarA mí me gusta mirar por las ventanas de las casas para ver las diferentes realidades, las distintas vivencias, y parece que no soy el único, hace poco vi en una página web una exposición de fotografías, que mostraban el interior de las casas, las fotos fueron hechas por un europeo, osea, parece que en todo el mundo estamos interesados en las mismas cosas.
Un saludo grande desde Chile.